viernes, 7 de febrero de 2014

Teníamos sed (parte 1)


   En el momento que las estrellas decidieron aparecer,
 no pedí ningún deseo, el techo de concreto no me permite ver el cielo. 
Dejé morir varias horas entre twitter, blogs talk y reality shows. 
Aquel  día, parecía ser uno como cualquier otro.

El ringtone del celular eclipsó mi tranquilidad y el nombre plasmado
en la pantalla sugería que debía pararme de la cama. Inicié el rito de
la vestimenta sin mucho rigor, un poco de perfume tal vez para engañar
a los sentidos...
   
 En otro lugar estaba ella, vestida de color rojo llevaba la piel
cubierta, una señal de pare para su corazón, pero incitando a que esa
noche alguien separara sus piernas.

La calle, mientras tanto, se adornaba de luces, alcohol, música, la
que vende sexo, el que lo compra, el que limpia vidrios, el que
consume drogas, el que se cree macho, el gay, la lesbiana; y yo;
acompañando cada conversación de un vaso foam, luchando por
protagonismo en una ciudad vestida de Lacoste y Channel, con gelatina
en el pelo y la idea de conquista pintada en la sien.

Ella por su lado, en el asiento trasero de un vehículo, perdía la
mirada sobre el cristal de la ventana, sus amigas hablaban, todavía la
marca del anillo conservaba, como cicatriz de una promesa olvidada.

Yo pedía cigarrillos, ella lo que trajera el destino, bastaron un par de miradas 
y pocas palabras, para seguir el  camino, a un orgasmo de sexo furtivo.

Continuará....


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