martes, 22 de abril de 2014

Pequeña mañana gris

El día amaneció teñido de gris, mis manos con ganas de escribir.

El día amaneció teñido de gris y como siempre, el recuerdo de ti sentado en un rincón con la cabeza entre las rodillas, a pocos metros de mi cama y hoy, como no tenía el resplandor que mirar por la ventana, me di cuenta que seguías ahí, en  el mismo lugar, tal cual te había dejado, es como si a pesar de mis cambios ninguno te había tocado, intacta, como aquellos primeros dias cuando en mi mente habitabas.

El día amaneció gris y levantaste la mirada escondida detrás de un cristal de lágrimas que refractaban cada trazo de la misma, permitiéndome ver que aún conservabas esos mismos ojos preciosos que te hiceron presa de este recuerdo que hoy conservo en la esquina de mi habitación.

El día amaneció gris y quise ignorarte.

El día amaneció gris, me dejé llevar, levanté tu sombra de aquel rincón y te saqué a caminar...